Este diálogo es de catálogo

 Bloque I.- Lenguaje lengua y comunicación oral 


·         Introducción

Martín-Vegas (2009) señala que el objetivo de la enseñanza de la lengua en el enfoque comunicativo es capacitar al alumno para usar la lengua en el eje de la comprensión (escuchar, leer) y de la producción (hablar, conversar y escribir) tanto en lengua oral como en lengua escrita. Se hace desde una perspectiva procedimental: saber hacer, decir, comprender etc., por esta razón debemos poner énfasis en el proceso de la escucha y del habla. Recordemos que, en el orden natural del desarrollo del lenguaje, la comprensión precede a la producción. Pero el lenguaje oral en el aula tiene además otra vertiente, está considerado como instrumento de conocimiento.

La lengua oral constituye un código multicanal formado por elementos sonoros y otros de carácter paralingüístico, cinésico y proxémico que los matizan y complementan. La lengua oral, aunque relacionada estrechamente con la modalidad escrita, presenta respecto a esta diferencias funcionales y estructurales suficientes para considerarlas como dos códigos independientes y que precisan distinto tratamiento educativo.

Tradicionalmente la lengua oral se había visto subordinada a la lengua escrita, porque la tradición lingüística del profesorado prioriza la lengua escrita sobre la lengua oral, pero en los últimos años, se ha revalorizado y los nuevos diseños curriculares de la enseñanza obligatoria exigen un tratamiento sistematizado.

La escuela debe enseñar a hablar. No se trata de empezar a hablar desde cero, ya que los alumnos se defienden en situaciones cotidianas, pero es necesario afianzarlas y trabajarlas. En didáctica se suele poner más énfasis en trabajar la exposición, pero no hay que olvidar que no se adquiere de forma natural y que es necesario enseñar a dialogar, puesto que, es la forma más importante de comunicación humana.

El diálogo en el aula, aprender hablando, Joan Tough (1989) da cuenta de varias estrategias discursivas usadas por el profesor en el diálogo con sus alumnos sobre las tareas en marcha, estrategias que sirven, tanto para vehicular los contenidos de la enseñanza-aprendizaje, como para dar a los aprendices experiencias de razonamiento, ayudándoles en el uso cada vez más ajustado de la lengua en la comunicación oral del aula. Por esta razón, creemos en el fomento de los diálogos grupales o debates, es decir, conversaciones organizadas sobre un tema y con un discurso argumentativo, en el que es necesario planificar, formalizar turnos de palabras, dar papeles a determinados alumnos (moderador, corregir errores etc.), dejar tiempo de documentación (para que preparen sus intervenciones), etc.

·         Tema y curso

Según la Ley Orgánica de educación 8/2013 modificada a partir de la Ley Orgánica 2/2006, la expresión oral es un instrumento fundamental para la adquisición de conocimientos y la estructuración del pensamiento del ser humano en todas las etapas educativas. La forma de hablar y de escuchar de una persona determina la percepción que los demás tienen de ella. Es por lo tanto imprescindible dotar al alumnado de estrategias que favorezcan un correcto aprendizaje de esta dimensión oral, de la competencia comunicativa, y que le asegure un manejo efectivo de las situaciones de comunicación en los ámbitos personal, social, académico y profesional a lo largo de su vida. Además, como bien sabemos, los niños y niñas de Educación Primaria se encuentran en la fase del desarrollo comunicativo del diálogo y la comunicación real que defiende Piaget, por lo tanto, están totalmente preparados para llevar a cabo esta actividad.

Consecuentemente, es necesario fomentar situaciones que fomenten el desarrollo de la expresión oral, para ello, hemos elegido el desarrollo de diálogos grupales en el que los niños exponen sus opiniones e ideas alrededor de un tema principal.

Una de las cosas más importantes para crear una situación de diálogo grupal en nuestra aula, es la elección del tema sobre el que vamos a argumentar. Este tema debe suscitar interés a todos los alumnos y estar contextualizado en el espacio y en el tiempo de nuestro alumnado, es decir, que sea funcional. Así, podrán extraer argumentos necesarios para establecer una comunicación oral fluida y de calidad. Por eso, es necesario crear conversaciones organizadas sobre un tema controvertido y con un discurso argumentativo.

Se acerca el final del curso en el aula de 6º de Educación Primaria y, por tanto, el fin de una etapa que ha marcado a nuestros alumnos. Estos niños se sienten muy preocupados y, a la vez emocionados, por nueva etapa educativa que van a comenzar, la Educación Secundaria. Los niños y niñas de estas edades ya tienen una imagen estereotipa acerca de cómo se desarrollará su etapa en el instituto, pero tal y como señala Guarinós (2009), estos niños y niñas están inmersos en series y películas en las que encontramos personajes adolescentes que acuden a institutos ideales con amigos e historias utópicas aportando una imagen estereotipada y distorsionada de la realidad de la Educación Secundaria. Esto supondrá frustración y problemas de autoestima en el público juvenil, ya que tienen como referente al ideal de instituto norteamericano, el cual no se ajusta a la realidad de las aulas de la educación secundaria en nuestro país (baile de fin de curso, día de San Valentín, el acto de graduación…).  Esto hace que se creen expectativas erróneas acerca de cómo es el día a día de los adolescentes de la Educación Secundaria española.

Por esta razón, me parece muy interesante trabajar, a partir de un diálogo grupal, las expectativas y opiniones que tienen interiorizadas sobre el instituto. Esto también nos servirá de apoyo para conocer sobre cuáles son los mitos y estereotipos que conocen sobre este lugar y, así desmitizar algunas de estas ideas y prepararlos para esta nueva etapa.

Por lo tanto, el tema que trabajaremos será el instituto, el cual lo introduciremos con la pregunta: ¿cómo crees que será tu experiencia en el instituto? o ¿cómo te gustaría que fuera? Proponer dos o más preguntas relacionadas con el tema que queremos trabajar fomentará la creatividad y la invención de argumentos expositivos del alumnado.

·         Contexto, normas de respeto y convivencia y planteamiento

Nos encontramos en un aula del último curso de Educación Primaria. Es un grupo veinticinco alumnos y alumnas muy estable, acostumbrado a los intercambios comunicativos, a los diálogos colectivos y en el que se respira un ambiento cálido y de confianza, ya que se ha trabajado la autoconfianza de los niños lo que hace que estos intercambios comunicativos estén equiparados y sean armónicos. Estos niños y niñas están muy familiarizados a expresarse de forma oral y disponen de numerosas estrategias para el desarrollo de un diálogo grupal de forma fluida, así como debates, tertulias dialógicas, etc. Estas propuestas hacen que los niños y niñas estén acostumbrados a una argumentación de carácter democrático donde se fomenta el respecto y la libertad de expresión. Además, la relación docente-alumnado se caracteriza por su cercanía, lo que supone un correcto desarrollo en las conversaciones.   

Llevar a cabo un diálogo relacionado con el instituto está estrechamente relacionado con el contexto social y educativo de nuestro alumnado. Además, lo trabajaremos en una fecha concreta antes de proceder a la visita a las instalaciones del instituto más cercano a la escuela. Esta actividad se realiza todos los años con el fin de acercar y garantizar la confianza de los niños y niñas que comenzarán sus estudios en ese centro unos meses más tarde. Por lo tanto, trataremos de saber cuáles son sus conocimientos previos sobre este lugar y trabajar los mitos y prejuicios antes de la visita mientras fomentamos la expresión oral en nuestro alumnado.

Con el fin de fortalecer y expandir el lenguaje oral de los alumnos, es importante que el docente considere y aclare los siguientes aspectos a tener en cuenta para un correcto desarrollo del diálogo:

-          La señal para pedir la palabra es levantar la mano y esperar hasta que el moderador nos ceda la palabra.

-          Dos personas no pueden hablar al mismo tiempo.

-          El espacio donde argumentamos es un lugar sin juicios donde somos libres de expresar nuestros puntos de vista siempre y cuando sea de forma constructiva.

-          Plantear argumentos y propuestas en positivo, evita criticar lo que hace el otro.

-          Poner atención en la pronunciación, el mensaje, el tono, la entonación, el vocabulario…

-          Respetar al moderador

-          Escuchar a los compañeros.

-          Contestar aspectos relacionados  con lo que ha propuesto u opinado el compañero anterior.

-          Ajustarse a la conversación. Por ejemplo, si tenemos la mano levantada para argumentar sobre algo en concreto y, un compañero acaba de comentar lo que teníamos pensado (nos ha quitado las palabras de la boca), pensar un argumento diferente.

La maestra propondrá estos aspectos a tener en cuenta y dará la posibilidad a los alumnos de proponer y modificar alguna norma si les parece oportuno. De esta forma les estaremos aportando protagonismo en la toma de decisiones y se sentirán partícipes de la actividad.

Para que se lleve a cabo un correcto desarrollo del diálogo necesitamos la figura del moderador o moderadora. Este dará paso a las intervenciones de los compañeros y recordará las normas si fuera necesario. Este perfil permite a la docente disponer de tiempo para tomar notas y evaluar.

Las intervenciones de los alumnos se contabilizan a través de un sistema que llevamos trabajando en los diálogos anteriores. Las mesas disponen de una cuerda que recorre el borde de las mismas. Cada niño tendrá en su mesa una cesta con pinzas y deberá de colocar una pinza en la cuerda cada vez que interviene.

Esto supone que tanto el moderador como la docente puedan observar de forma muy visual cuántas veces ha participado cada alumno, de tal manera que, si existe la situación en la que solicitan el turno de palabra dos niños y, uno de ellos ha participado más veces, el moderador tratará de ceder la palabra al alumno que menos pinzas tenga en su cuerda.

Para que un diálogo argumentativo tenga éxito debemos prepararlo con antelación. Tenemos que dar a conocer la temática a los niños con el tiempo suficiente para que se familiaricen con ella y desarrollen una opinión al respecto. Por esta razón, planteamos la siguiente secuencia: asamblea inicial, presentación de la actividad, lluvia de ideas (trabajo individual, trabajo en pequeños grupos, diálogo grupal, asamblea final y conclusiones.

Comenzaremos la actividad con una asamblea inicial en la que la maestra introducirá el tema que vamos a trabajar. Para ello, propondremos una pregunta al grupo-clase: “¿qué sabéis del instituto?” La maestra facilitará cinco minutos para que los niños se expresen libremente, de forma, ordenada, levantando la mano, sobre aquellas ideas previas que tienen sobre el instituto. A continuación, realizaremos una pequeña muestra visual de algunas secuencias de películas o series en las que aparecen institutos, por ejemplo: https://www.youtube.com/watch?v=x42aPmtnVDg ; https://www.youtube.com/watch?v=z-bmxCjBltk ;  https://www.youtube.com/watch?v=WC4VbUnlq98

En estos fragmentos podemos observar el ideal de los “High School” que hemos mencionado anteriormente y, por tanto, quizás para muchos de ellos, este haya sido el único medio de conocimiento de estos lugares. A continuación, realizaremos algunas preguntas relacionas con las escenas: ¿así te imaginas el instituto de tu ciudad?; ¿qué diferencias crees que habrá?; ¿alguien de tu alrededor (hermanos, primos,...) va al instituto? Estas preguntas fomentarán la creatividad y el desarrollo de la actividad inicial que vamos a plantear.

Seguidamente, la docente planteará la siguiente pregunta: ¿cómo crees que será tu experiencia en el instituto? Los alumnos deberán escribir en sus cuadernos, de forma individual, una lluvia de ideas y conceptos que se correspondan con la pregunta planteada. Estas pueden ser frases, palabras, pequeños textos, etc. Esta tarea será un ejercicio previo a la puesta en común para que sean capaces de pensar y organizar correctamente sus ideas. A continuación, los alumnos deberán exponer al grupo-clase algunas ideas que hayan escrito en sus cuadernos. Será necesario levantar la mano, esperar a que les llegue su turno y escuchar de forma activa a los compañeros (la maestra dirige la actividad). Estos deberán apuntar en sus cuadernos las ideas de otros compañeros que les gusten y que no se le habían ocurrido para recoger más información relevante para sus futuros argumentos.

Tras este breve acercamiento, la maestra dividirá a los alumnos en grupos de cinco personas. De tal manera que tendremos cinco grupos de cinco niños y niñas cada uno. La división se realizará de tal manera que dispongamos de grupos heterogéneos en relación con sus características individuales y donde todo el alumnado se sienta cómodo para que se produzca una conversación fluida y de confianza. La maestra atribuirá a cada uno de los grupos un subtema relacionado con nuestro tema principal:

-          Grupo 1: los profesores del instituto

-          Grupo 2: las asignaturas del instituto

-          Grupo 3: el recreo en el instituto

-          Grupo 4: los amigos en el instituto

-          Grupo 5: el edificio, el instituto

Cada uno de los grupos se reunirá y deberá argumentar solamente acerca del tema que les ha tocado teniendo en cuenta dos categorías diferentes: qué saben y cómo les gustaría que fuera. El hecho de que cada grupo tenga un tema sobre el que hablar hace que se fomente la creatividad, ya que si por ejemplo les dejamos el típico “tema libre” puede establecerse ese momento de shock y de no saber por donde empezar.

Cada uno de los componentes del grupo debe aportar su opinión y sus conocimientos a la vez que escucha a sus compañeros. Se establecerá el rol de un moderador del pequeño grupo y un apuntador. Este último debe recoger de forma escrita las ideas principales que se están hablando en su grupo que, posteriormente, compartirán con el grupo-clase. Para ello, tendrán que llegar a un acuerdo para seleccionar las ideas más relevantes, a qué conclusiones han llegado, etc.

Pasados diez minutos, la maestra volverá a colocar a los alumnos por grupos de tal manera que en cada grupo haya un experto en cada tema planteado, es decir, un experto en los profesores, en el edificio, en el recreo, en las asignaturas y en los amigos. En estos grupos se comparten los conocimientos e ideas que se han recogido en su grupo inicial y se complementan las opiniones. De tal manera que todos los alumnos tendrán diferentes opiniones e ideas acerca de los subtemas planteados.

Después de que compartan estas opiniones, procederemos al diálogo grupal final. Para ello, colocaremos las mesas y las sillas en forma de U, de tal manera que estaremos fomentando un ambiente de escucha y de confianza en el aula. Es un diálogo coloquial, no requiere de formalismos, pero sí de precisión, de entonación de cuidar el tono de voz, las expresiones faciales y gestuales, pero en un ambiente relajado y distendido. Deben ser ellos mismos, cuidando la postura, los argumentos, la entonación, etc.

Dejaremos un par de minutos para que los niños piensen qué es lo que quieren hablar argumentar sobre la pregunta principal. Antes de comenzar, les preguntaremos sobre los elementos del proceso comunicativo que vamos a trabajar en este caso, es decir, emisor (todos), receptor (todos), canal (aire), mensaje, etc.  De tal manera que, estaremos estableciendo relaciones entre la teoría y la práctica de forma experiencial.

Cuando todos los alumnos y alumnas están colocados en sus mesas, el moderador se situará en el centro de la U, teniendo así, una visión periférica de todos los componentes. En este momento, la maestra introducirá de nuevo la pregunta principal y los alumnos comenzarán a solicitar su turno de palabra. El objetivo es que se establezca un diálogo de carácter democrático a través de la puesta en común de diferentes argumentos y contrargumentos a través del respeto.

La maestra tendrá el rol de mediadora externa en el diálogo, su tarea principal supone observar y evaluar, dejando fluir la creatividad y espontaneidad de los más pequeños. Aunque sus opiniones e ideas son muy interesantes y, en este diálogo reina la libertad de expresión; la maestra solamente intervendrá para fomentar la argumentación en momentos en los que no saben qué decir (preguntas de andamiaje) o reconducir el tema sobre el que están hablando para que no se vayan por las nubes. Para ello será necesario proponer algunas preguntas abiertas, evitando las que se respondan con sí o no y, será necesario formular preguntas que estén a su alcance y de las cuales puedan obtener opiniones de una forma rápida. Hacer las preguntas correctas obtendrá resultados aún mejores, fomentando de nuevo la curiosidad y el diálogo activo como. Por ejemplo:

-          ¿Cómo crees que podrás afrontar las tareas en el instituto?

-          ¿Por qué crees que será diferente el instituto del colegio? Habla sobre esas diferencias y pregunta a tus compañeros.

-          ¿Qué estrategias utilizarás para adatarte?

-          ¿Cómo crees podrías ayudar a una persona que no le gusta ir al instituto?

-          ¿Cómo crees que será tu primer día en el instituto? Habla del edificio, los amigos…

-          ¿Cuáles son los primeros obstáculos o dificultades con los que crees que te vas a encontrar? Pregunta también a tus compañeros.

De tal manera que se abrirá un nuevo tema de diálogo, pero siempre con el tema principal como elemento conductor.

La docente realizará también pequeñas intervenciones, si lo considera necesario, dependiendo de la accesibilidad y las características del niño, para corregir algunos errores de pronunciación, aportar consejos para expresarse gestualmente o dar a conocer palabras nuevas, sinónimos (aumento del vocabulario), etc.

Para finalizar con el diálogo grupal, agradeceremos la participación y colaboración al moderador, así como a todos los participantes y realizaremos una asamblea final en la que se destacarán aspectos positivos y puntos fuertes de algunas de las argumentaciones que la maestra ha ido anotando. Además, realizaremos una conclusión final donde se recojan las ideas principales y se concluya con argumentos grupales donde todos los componentes estemos de acuerdo, lo que fomentará la pertenencia al grupo.  Para finalizar, la maestra repartirá a los alumnos la tarea de autoevaluación (ver apartado de evaluaciones).

·         Colaborando con la timidez

A pesar de que este grupo-clase está bastante acostumbrado a trabajar los diálogos grupales, existen niños y niñas que se caracterizan por su timidez. Para ello es necesario conocer las características del grupo con el que vamos a trabajar y satisfacer así, sus necesidades individuales.

Como bien sabemos, en nuestra aula contamos con un niño con estas características, lo que hace necesario tenerle en cuenta a la hora de programar este diálogo. Debemos conocer que el niño puede llegar a sentir ansiedad, inhibición, incomodidad, inseguridad, etc., por lo tanto, pondremos el ojo en todos sus logros para favorecer su confianza y su autoestima.

Para empezar, cada vez que tenemos pensado realizar un diálogo grupal, contamos con la colaboración de la familia. A esta le comunicamos cuál va a ser el tema que vamos a tratar esa semana y les pedimos que realicen una pequeña asamblea a nivel familiar en la que se expongan ideas sobre el tema de forma oral, en un ambiente más cercano y confidencial. La familia, en este momento, debe recabar la información más relevante que se ha tratado durante el coloquio, de tal manera que así, podremos tener en cuenta estímulos y preguntas que puedan resultar de su interés y, favorecer su intervención en el aula.  Preparar al niño en el tema que vamos a trabajar supone la liberación de tensiones e inhibiciones debido a que conoce posibles argumentos que podrá compartir con el grupo-clase.  

El hecho de realizar pequeños grupos al inicio de la actividad hará que el niño coja confianza en sí mismo para expresarse (es un proceso gradual). A la hora de formar los grupos, tendremos en cuenta que el grupo de este niño esté formado por personas con las que él se siente a gusto y tiene confianza para formalizar una conversación, (pueden ser amigos o compañeros afines) donde no sienta vergüenza a la hora de expresarse. A la hora de establecer roles en los grupos, le preguntaremos si quiere formar parte de alguno de ellos (moderador o apuntador) respetando su decisión.  En el caso de que quisiera formar parte de alguno de ellos le felicitaremos y le apoyaremos en todo momento. Además, debemos tener en cuenta que puede abandonar esta posición si se presenta de nuevo la inseguridad. Para ello, debemos tener en cuenta a quién podríamos nombrar como sustituto rápidamente para evitar que el niño sienta vergüenza. También, debemos tener muy claro que no hay que llamarle la atención cuando no quiera participar o infravalorarle con comentarios despectivos.  

Contabilizar las participaciones con las pinzas nos ayudará a fomentar su autoestima y confianza, ya que el niño obtendrá refuerzos positivos, basados en sus intereses, por cada vez que, al final del diálogo, obtenga más participaciones (pinzas) que el diálogo anterior. Para ello, llevaremos una hoja de registro en la que él podrá observar sus progresos. Esto fomentará las ganas de superarse cada día.

Cuando observemos que el niño va superando esos obstáculos que le impedía expresarse de forma oral, iremos eliminando los refuerzos positivos poco a poco, de tal manera que el niño adquiera que la expresión oral debe formar parte de la rutina diaria de la escuela y de nuestro entorno.

·         Colaborando con la impulsividad

A pesar de que este grupo-clase está bastante acostumbrado a trabajar los diálogos grupales, existen niños y niñas que se caracterizan por su impulsividad y la necesidad de intervenir y molestar en todo momento.  Para ello es necesario conocer las características del grupo con el que vamos a trabajar. Teniendo en cuenta que en nuestra aula contamos con un niño con estas características le debemos tener en cuenta a la hora de programar este diálogo. Es necesario saber que el niño molesta e interrumpe de forma descontrolada y que, por tanto, evitar esas situaciones está fuera de su control. La maestra especialista en pedagogía terapéutica trabajará de forma individual el comportamiento con este niño. La docente pondrá en sobre aviso al niño de que realizaremos un diálogo grupal y, por lo tanto, recordarán las normas que debe seguir de forma individual: no levantarse de la silla, levantar la mano para hablar, esperar mi turno de palabra, hablar cuando sea necesario y oportuno, etc.

Debido a que nuestra filosofía como docentes señala que es necesario dejar a los niños y niñas expresarse libremente y, por tanto, no interrumpir sus expresiones espontáneas, le daremos al niño la responsabilidad de controlar sus impulsos. Para ello le proporcionaremos una cuerda (hemos trabajado anteriormente con este elemento). Esta cuerda es la que llamamos la controladora de lo inoportuno. El niño dispondrá de este elemento y, cada vez que evite realizar una acción que estaba considerada como inoportuna, debe hacer un nudo en la cuerda. El niño dispondrá de una lista de cosas por las que debe hacer un nudo: no he pisado la palabra de otro compañero cuando quería hacerlo, no me he levantado de la silla cuando no era oportuno, pero deseaba hacerlo, he conseguido esperar a que el moderador me ceda la palabra a pesar de tener que esperar varios turnos, etc. Si el niño ha sido capaz cohibir al menos la mitad de sus actitudes, obtendrá refuerzos positivos basados en sus intereses. Lo más importante de este apoyo es que el niño sea consciente de cuándo sus acciones son inoportunas y que no debe interrumpir constantemente. Utilizaremos la cuerda para ver cuántas veces ha sido consciente de que no debía intervenir, levantarse, etc.  Contabilizar los nudos nos ayudará a conocer sus logros, lo que favorecerá su autoestima y autoconcepto. Rellenaremos una hoja de registro en la que podrá observar sus progresos, fomentando así las ganas de superarse cada día.

Cuando observemos que el niño va superando las situaciones descontroladas, iremos eliminando los refuerzos positivos poco a poco, de tal manera que el niño adquiera que la que las normas de convivencia forman parte de la rutina diaria de la escuela y de nuestro entorno.

·         Evaluaciones

La evaluación es una de las herramientas más importantes y necesarias para conocer la labor docente, los conocimientos adquiridos por los alumnos y el talento de nuestra actividad. La evaluación debe realizarse por triple vía: observación directa, diario de aula y rúbricas de evaluación.

La maestra procederá a la grabación de la actividad para poder realizar una evaluación cualitativa de mayor calidad. El rol de la maestra durante la intervención de los alumnos es anotar, corregir errores y adecuar la situación a lo que está ocurriendo en ese momento. La grabación de la actividad servirá para poder realizar una evaluación más exhaustiva y personal de cada alumno. La reproducción del vídeo en un entorno más tranquilo fomentará la observación de los puntos fuertes y los aspectos a mejorar de cada uno de los alumnos. Por lo tanto, debe tener en cuenta que la Ley Orgánica de educación 8/2013 modificada a partir de la Ley Orgánica 2/2006, establece estándares de aprendizaje evaluables que debemos tener en cuenta en relación con la expresión oral y relativos al sexto curso de EP. Estos serán evaluados de forma cualitativa e individualizada gracias a la siguiente rúbrica de evaluación:

Nombre del alumno:

A evaluar

Aspectos a destacar

Aspectos a mejorar

Transmite las ideas con claridad, coherencia y corrección.

 

 

Escucha atentamente las intervenciones de los compañeros y sigue las estrategias y normas para el intercambio comunicativo mostrando respeto y consideración por las ideas, sentimientos y emociones de los demás.

 

 

Aplica las normas socio-comunicativas: escucha activa, espera de turnos, participación respetuosa, adecuación a la intervención del interlocutor y ciertas normas de cortesía.

 

 

Emplea conscientemente recursos lingüísticos y no lingüísticos para comunicarse en las interacciones orales.

 

 

Se expresa con una pronunciación y una dicción correctas: articulación, ritmo, entonación y volumen.

 

 

Participa activamente en la conversación contestando preguntas y haciendo comentarios relacionados con el tema de la conversación.

 

 

Utiliza un vocabulario adecuado a su edad en sus expresiones adecuadas para las diferentes funciones del lenguaje.

 

 

 

·         Conclusiones

Como bien sabemos, la expresión oral es un pilar fundamental que se debe trabajar a lo largo de todas las etapas educativas. En la etapa de Educación Infantil, tiene mayor protagonismo con la comunicación y expresión oral mediante actividades públicas y colectivas como la asamblea, hasta que conocen la escritura y la lectura, que finalmente acaparan la mayor parte del tiempo dedicado a la enseñanza de la lengua, dejando a un lado la comunicación oral. De esta manera, según el niño va creciendo, se comienzan a trabajar con mayor profundidad las destrezas escritas. Por esta razón, el hecho de proporcionar a nuestros alumnos destrezas y herramientas para comunicarse de forma oral a través de diálogos, tertulias dialógicas, debates, role playing, dramatizaciones, etc, hará que contemos con una sociedad oralmente competente. No se trata de crear pequeños oradores profesionales sino de que nuestros alumnos y alumnas adquieran, a través de actividades lúdicas, un desarrollo integral en cuanto a la escucha y la comunicación oral para relacionarse correctamente con su entorno.

·         Bibliografía

Guarinos, V. (2009). Fenómenos televisivos «teenagers»: prototipias adolescentes en series vistas en España. Comunicar: Revista Científica de Comunicación y Educación, 17(33), 203-211.

Labajo González, I. (2021). Didáctica de la lengua española (Guía de trabajo). CSEU "La Salle."

Labajo González, I. (2021). Didáctica de la lengua española (Apuntes de la asignatura). CSEU "La Salle."

Martín-Vegas, R. A. (2009). Manual de Didáctica de la Lengua y la Literatura. Madrid: Síntesis.

Though, J. (1989). Lenguaje, conversación y educación. Madrid: Visor


Comentarios

  1. La entrada es muy interesante y a continuación marco algunos puntos que me han gustado, ya que no he visto ninguno negativo
    Introducción
    Has realizado una buena introducción, en ella nos cuenta de cómo está constituida principalmente el lenguaje oral y a los que se ha visto unida en años anteriores. También hablas de cómo actualmente en las clases este punto va cambiando para que la escuela enseñe a hablar. Por último, en el apartado de la introducción, hablas del diálogo en el cual enumeras algunos momentos en los que puede ser utilizado el diálogo.
    Tema y curso
    En este apartado encontramos una breve introducción de como nos dice el currículo que tenemos que trabajar la comunicación oral. Seguidamente hablas de como es la idealización de los centros de educación primaria que tienen los alumnos a causa de lo que pueden ver en las películas. Me parece una gran aportación hablar de ello, porque todos hemos sufrido ese cambio y en muchas ocasiones idealizado por lo que habíamos visualizado en las películas.
    El tema que se ha propuesto y de la manera que se realiza creo que es adecuado, de esta manera podemos ver cuales son los estereotipos que tienen estos alumnos y guiarlos para que vean la realidad de un instituto en nuestro país y que no lo comparen con un instituto norteamericano.
    Por último, la edad es acorde al tema, ya que será con los alumnos que más cercano tienen el salto al instituto. Un gran salto que damos a una etapa muy distinta a la que has dejado atrás en el colegio.
    Planteamiento
    La actividad está dividida en varias actividades muy completas, donde el principal componente de todas ellas es el diálogo. Me gustaría destacar lo que has utilizado para los turnos de palabras con las pinzas, ya que es una manera de ver que todos los alumnos participan en el diálogo y creo que para el moderador es una manera de ver que todos tienen que participar y que no solo puede elegir a sus “amigos”, ya que en el diálogo están participando todos.
    Redactas correctamente cual es el rol de la profesora, en el que está de apoyo, dejando desarrollar en todo momento la creatividad de los alumnos, un aspecto fundamental para ellos.
    Con respecto al niño que es tímido, siempre piensas en ponerlo con sus afines para poder desarrollar un mejor dialogo, eso le puede ayudar como tu dices a sentirse seguro y creo que es una buena elección. Además, recibir un refuerzo positivo siempre los anima a continuar con lo que se está haciendo, ya que ve que lo que realiza es correcto.
    Como en el caso anterior, utilizas otra técnica para que el niño vea los esfuerzos que realiza y cómo va avanzando. Creo que es una técnica buena que puede que no se me hubiese ocurrido, pero que me guardaré, porque me parece interesante.
    Por último, creo que con la evaluación que propones puedes sacar una información valiosa de los alumnos y de la actividad en general, para poder corregir en futuras actividades de diálogo.
    La entrada es muy fácil de leer y me ha aportado información y técnicas interesantes como futura docente.

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias por tu comentario, María.

    Me alegro de que te haya gustado la propuesta y que te haya servido de inspiración para tus próximas actividades.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Lorca se atreve con 5º de Primaria

Artículo final

Agust da una lección a 6º de Primaria